Puede ser una opción para gestionar el crecimiento de las empresas, pues no solo permite alcanzar los objetivos, también forma nuevos líderes.
Empresas, hospitales, escuelas y familias pueden usar el liderazgo situacional. Éste se define como un estilo de mando dinámico y mutable que toma en consideración las habilidades de sus empleados para ejercer una forma específica de mando.
Fabricio Ledesma nos explica cuales son los cuatro estilos de liderazgo que van a empatarse con el tipo de madurez que tienen los integrantes de un equipo.
Características del liderazgo situacional
- Dirige: comúnmente va señalando −como un director de orquesta− las actividades a realizar y supervisa constantemente el proceso. Acompaña todo el tiempo.
- Persuade: explica y aclara a las personas los objetivos, comúnmente después de una retroalimentación, y los individuos liderados pueden sugerir propuestas de óptimas para llevar a cabo la tarea. Te persuado, te escucho y te apoyo.
- Participa: este liderazgo le facilita al equipo involucrarse en la toma de decisiones.
- Delega: Aquí la presencia del líder es mínima, pues las decisiones ya son tomadas por equipo. El líder solo confía y supervisa de forma general.
Estos tipos de liderazgo que ejercerá el dirigente van de la mano de la madurez que tienen los integrantes del equipo para realizar una tarea.
La madurez de cada integrante del equipo será determinada por sus habilidades blandas (soft skills), que son aquellas destrezas que están relacionadas más a la forma de ser del individuo y su mentalidad, por ejemplo: la creatividad, el manejo eficaz de la presión o su gran capacidad para escuchar y comunicar.
También intervienen en este análisis, las habilidades duras de las personas, que son aquellas competencias que aprendimos en nuestro periodo de formación profesional como, desarrollo de software, administración, es decir, todo lo que se puede aprender y certificar.
Con ello se promedia la madurez de un miembro para realizar una tarea. Tal vez los promedios no sean exactos a los que necesitas, pero vas a tomar los que más se acerquen.
Ser un buen líder significa usar bien el poder que tu equipo de trabajo te confía para alcanzar los objetivos. Un líder influye de forma positiva y asertiva al equipo que tiene a cargo, y encamina los esfuerzos para alcanzar la meta propuesta desde el inicio.
¿Qué necesitamos para ejercer el liderazgo situacional?
Ejercer el liderazgo situacional requiere de una gran capacidad de observación por parte del líder para conocer a su equipo y sus habilidades.
Pues las cuatro formas de liderazgo se van a empatar con los cuatro tipos de madurez de tu equipo.
- Nivel 1. El integrante no está capacitado para realizar la tarea o se encuentra inseguro de realizarla. Para este tipo de madurez, empleamos un liderazgo directivo donde instruimos y vamos guiando.
- Nivel 2. El integrante del equipo va a tener cierta carencia para realizar la tarea, pero va a tener la predisposición y la confianza de hacerla. Puede que no la haga de forma óptima, pero sí lo va a intentar, incluso creerá que puede hacerlo. En este sentido el guía adoptará un liderazgo de persuasión.
- Nivel 3. El integrante de este nivel está capacitado para realizar su tarea, pero se muestran inseguro de hacerlo. En ese caso, el estilo de liderazgo es participativo, el líder va a compartir ideas con él y a facilitarle la toma de decisiones.
- Nivel 4. La persona está muy bien capacitada, así que es capaz de realizar la tarea y −emocionalmente− tiene la disposición para hacerlo. En cuyo caso, el liderazgo se traduce en delegar. No es necesario intervenir en la realización de la tarea, tal vez solo observar.
Leave a Reply