Financiamientos decentralizados por ICO´s

Las finanzas descentralizadas nos están abriendo un panorama innovador y lleno de oportunidades, una de esas es la posibilidad de conseguir fondeo de manera descentralizada, en Decentra University lo conoceremos más a fondo.

En 1974, Vint Cerf desarrolló el TCP/IP mientras trabajaba en el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Esta tecnología, que permitía a las computadoras comunicarse en un lenguaje común, fue un hito en el desarrollo de Internet. En 1989, Tim Berners-Lee propuso HTTP, un protocolo de hipertexto para conectar a unas páginas con otra. Fue el nacimiento de la World Wide Web.

Vint Cerf y Tim Berners-Lee generaron enorme valor para millones de personas. Pero no se hicieron ricos con sus ideas (aunque tal vez sí, con las conferencias que dieron después). Quienes monetizaron los protocolos fueron los desarrolladores de aplicaciones: Cisco, con la venta de routers con protocolo TCP/IP; eBay, Google y Amazon, con el desarrollo de software sobre el protocolo HTTP.

Históricamente, fueron los jugadores de la capa de aplicaciones quienes capturaron la mayor parte del mayor de Internet. Los desarrolladores de protocolos, la infraestructura básica sobre la que se construyen las aplicaciones, capturaron apenas una pequeña porción. Esto explica que los protocolos TCP/IP y HTTP surgieran de entidades sin fines de lucro como universidades y gobiernos. Eran los únicos que estaban en condiciones de financiar un bien público, que todos pueden usar sin pagar.

EL BLOCKCHAIN Y UN NUEVO MODELO DE MONETIZACIÓN DEL DESARROLLO DE PROTOCOLOS

Cuando inventó el Bitcoin, Satoshi Nakamoto estaba desarrollando una tecnología de código abierto. Un bien público que cualquiera podía utilizar de manera gratuita. Y, al mismo tiempo, obtuvo un enorme beneficio económico. Se estima que Satoshi consiguió alrededor de un millón de bitcoin a través de la minería, cuando esta podía hacerse a un costo prácticamente nulo. En noviembre de 2017, esos bitcoins valían más de 6000 millones de dólares. Los primeros miembros del equipo de desarrollo minaron una cantidad de bitcoin que hoy vale una fortuna.

Ethereum, el segundo gran proyecto de blockchain, siguió un modelo diferente. Tras publicar el white paper con la descripción del sistema y de desarrollar una prueba de concepto, en julio de 2014, realizaron una venta pública masiva de una cantidad de monedas preminadas, el Ether. Recaudaron 18 millones de dólares, que quedaron en manos de la Fundación Ethereum para financiar el desarrollo del protocolo. Los miembros del equipo fundador conservaron unos 12 millones de ethers, un 17% del total. A fines del 2015, cada ether valía alrededor de 1 dólar. En agosto de 2017, esos 12 millones valían unos 3300 millones de dólares.

El modelo de financiamiento seguido por la Fundación Ethereum se conoce como initial coin offering (ICO) u oferta inicial de monedas. Es un tipo de crowdfunding (financiamiento colectivo) para proyectos de código abierto. Permite a la comunidad contribuir con proyectos que les resultan valiosos. Los miembros de la comunidad transfieren criptomonedas, y los desarrolladores del proyecto le dan a cambio un token que cumple cierta función dentro de la plataforma.

Desde la experiencia de Ethereum, distintos proyectos desarrollaron ICOs, con cifras crecientes a medida que más personas se sumaban al fenómeno. En 2015, el mercado de predicción Augur recaudó 5,3 millones de dólares. En diciembre de 2016, la plataforma de computación compartida Golem levantó más de 8 millones. En abril de 2017, otro mercado de predicción llamado Gnosis recaudó más de 12 millones de dólares. A mediados de 2017, el fenómeno de las ICOs llegó a su pico. En junio, Bancor recaudó 150 millones. Al mes siguiente, Tezos levantó 232 millones de dólares.

¿DEBERÍAMOS CONSIDERAR EL MODELO DE TOKENS?

La visibilidad que obtuvieron algunos proyectos que realizaron ventas de tokens exitosas hizo que muchos emprendedores comenzaran a plantearse la utilización de ICOs como forma de financiamiento. Sin embargo, es necesario realizar unas aclaraciones.

Las ICOs no sirven para todo tipo de proyectos. Los modelos de tokens generalmente son aptos para plataformas basadas en efectos de red. Es decir, plataformas que conectan a compradores con vendedores, y donde la presencia de ambas partes es necesaria para su funcionamiento.

Una posible aplicación sería una organización descentralizada similar a Uber. Esta empresa conecta a chóferes con pasajeros. Cuantos más pasajeros demanden servicio de transporte, más incentivos tendrán los chóferes de sumarse a la red. Cuantos más chóferes haya en la red, más fácil será conseguir un auto y más incentivo tendrán los pasajeros para utilizar Uber.

Si quisiéramos construir una versión descentralizada de Uber (llamémosla, dUber), podríamos crearse un token específico para realizar pagos en la red. Los chóferes podrían recibir su pago en dUber coins. Los primeros usuarios podrían recibir una cantidad importante de monedas por cada viaje (al igual que los mineros de bitcoin recibían una cantidad importante de monedas en los primeros tiempos). Esto genera un incentivo para que los usuarios se unan a la red desde los primeros tiempos. Si la plataforma es exitosa, los primeros usuarios ganarán una cantidad considerable de dinero a través de la apreciación de la moneda.

Este tipo de recompensa a los primeros usuarios permite romper el problema del “huevo y la gallina” que típicamente afecta a las plataformas. Como los usuarios se vuelven propietarios de una parte de la red, tienen un incentivo a empezar a usarla desde el comienzo y conseguir que la utilice la mayor cantidad de gente posible.

Los fundadores del proyecto podrían realizar una venta de tokens que permita recaudar fondos para el desarrollo y también poner los tokens en manos de los usuarios.

En general, los fundadores conservan entre un 10 y un 15% de los tokens, como su incentivo por impulsar el desarrollo del producto. Otro porcentaje queda en manos de una entidad (que suele ser una fundación), que tendrá la responsabilidad de avanzar en el desarrollo y cumplir con las especificaciones del producto prometido. Y entre un 60 y 70% de los tokens salen a la venta pública.

Si la plataforma funciona, el token debería apreciarse y volverse un excelente negocio para todos los que participaron desde las primeras etapas. De esta forma, el blockchain permite conciliar el desarrollo de proyectos open source con los incentivos económicos del mundo de las startups tradicionales.